Las 12 herramientas imprescindibles para una vida más consciente

Mindfulness2
Esta es mi traducción libre de “12 Indispensable Mindful Living Tools”, artículo de Leo Babauta.
En los últimos meses el foco de mi vida ha estado en vivir de forma consciente, y aunque no siempre me acuerdo de hacerlo, he aprendido algunas cosas que merece la pena compartir.
Leo Babauta es el autor del blog “Zen Habits”, uno de los referentes en el mundo del minimalismo, la productividad y el desarrollo personal (entre otras muchas cosas, él te lo cuenta mejor en su web). Una de las grandes cosas de Leo y Zen Habits es que su contenido no tiene copyright, como él lo llama, es open source blogging. Esto quiere decir que da su permiso para “robar” su contenido y hacer con él lo que quieras: traducirlo, publicarlo en tu web, modificarlo…

Esta es mi traducción libre de “12 Indispensable Mindful Living Tools”, artículo de Leo Babauta.
En los últimos meses el foco de mi vida ha estado en vivir de forma consciente, y aunque no siempre me acuerdo de hacerlo, he aprendido algunas cosas que merece la pena compartir.

La primera es que merece la pena el esfuerzo de llevar una vida consciente.
Es una vida en la que despertamos del estado de ensueño en el que muy a menudo
estamos sumergidos el estado de tener tu mente en cualquier sitio menos el
momento presente, atrapada en pensamientos sobre qué harás después, sobre algo
que alguien dijo antes, sobre algo que te estresa o que te irrita o te enfada. El estado
mental cuando estamos enganchados a nuestro smartphone o a las redes sociales.
Merece la pena el esfuerzo, porque estar despiertos significa que no nos estamos
perdiendo la vida mientras pasamos por ella. Estar despiertos significa que somos
conscientes de lo que ocurre en nuestro interior, en el momento en que ocurre, de
manera que podemos tomar decisiones más conscientes, en vez de actuar por
impulso todo el rato.

La segunda cosa que he aprendido, es que tendemos a olvidarnos. Nos olvidamos
constantemente de estar despiertos. Y eso está bien. Tener atención plena es un
proceso de olvidar y volver a recordar, repetidamente. Igual que respirar es un
proceso de exhalar e inhalar repetidamente.

La tercera es que vivir de forma consciente no es sólo UNA cosa. No es solo
meditación, ni se trata únicamente de enfocarte en las sensaciones que te rodean en
el momento presente. Lo que he aprendido es que vivir con atención plena es un
conjunto de herramientas muy relacionadas entre sí, puede que todas ellas diferentes
formas de llegar al mismo punto, pero cada una útil en sí misma.
En este artículo compartiré estas herramientas, y espero que consideres cada una de
ellas de una en una.

Por qué debería importarte

¿Por qué molestarme en perder el tiempo aprendiendo estas herramientas? ¿Solo por
el ideal de vivir una vida tranquila y sin estrés?

No. No existe una vida sin estrés. Pero estas herramientas harán que estés más
peparado/a para lidiar con el estrés que, inevitablemente, encontrarás en tu camino.
Pero igualmente importante, te ayudarán a sobreponerte del miedo al fracaso o la
incomodidad que te están impidiendo hacer cambios positivos en tu vida.
Estas herramientas te ayudarán a lanzar tu nuevo blog, comenzar un negocio, escribir
un libro, publicar tu primer álbum de música, encontrar tu propósito en la vida, o
convertirte en la persona que siempre has querido ser.

Esto es al menos lo que yo he aprendido, y estoy seguro de que para ti pueden ser
igual de útiles.
La lista, evidentemente, no es una lista cerrada. Es una colección de cosas que he ido
aprendiendo y que aún estoy practicando, cosas que me han parecido
suficientemente útiles como para compartirlas.



La caja de herramientas

Esta lista, por supuesto, no es absoluta. Es una colección de cosas acerca de las
cuales he estado aprendido, y que aún estoy practicando, cosas que me han parecido
suficientemente útiles como para compartirlas.

1. Meditar. La meditación es el punto en el que una vida consciente empieza. Y no
es algo complicado: puedes comenzar sentándote durante tan solo un minuto al
día (subiendo hasta 3-5 minutos después de la primera semana), llevando la
atención a tu cuerpo y tu respiración. Nota cuando tus pensamientos deambulen, y
vuelve a llevar tu atención a la respiración. Repítelo hasta que el minuto haya
pasado.

2. Estar despierto. La meditación es una práctica para estar más despierto, lo
cual significa no estar en un estado de ensoñación (la mente deambulando en un
hilo de pensamiento, o perdida en el mundo online, pensando en afrentas del
pasado, estresándose por el futuro, etc.), si no estar despierto en el presente, en el
ahora. Estar despierto es algo que puedes hacer a lo largo de todo el día, todo el
tiempo, si te acuerdas. El truco está en acordarse.

3. Observar tus deseos. Cuando dejé de fumar en 2005, la herramienta más útil
que aprendí fue observar mi deseo de fumar. Me quedaba sentado y observaba el
deseo subir y bajar, hasta que desaparecía, sin actuar sobre él. Esto me enseñó
que yo no soy mis deseos, que no tengo que actuar conforme a ellos, y esto es
algo que me ha ayudado a cambiar el resto de mis hábitos. Observa tu necesidad
de comprobar el correo electrónico o las redes sociales, de comer algo dulce o
frito, de beber alcohol, de ver la tele, de distraerte o procrastinar. Todas estos
deseos o “necesidades” vendrán y se irán, y no tú no tienes por qué actuar acorde
a ellos.

4. Vigilar tus ideales. Todos tenemos una imagen idealizada de la realidad,
siempre. Pensamos que nuestro día será perfecto, que la gente será amable y
respetuosa con nosotros, que seremos perfectos, que bordaremos el examen o esa
reunión tan importante, que nunca vamos a fallar. Por supuesto, sabemos por
experiencia que esos ideales no son de verdad, que no se harán realidad, que no
son realistas. Pero aun así, los tenemos, y nos provocan estrés y miedo y
sufrimiento por algo o alguien que hemos perdido. Dejando ir a nuestros ideales,
también podemos soltar el sufrimiento.

5. Aceptar a las personas y la vida tal y como son. En el momento en el que
dejé de intentar cambiar a un ser querido, y comencé a aceptarle tal y como era,
fui capaz de simplemente estar con él y disfrutar el tiempo que pasábamos juntos.
Esta aceptación tiene el mismo efecto con cualquier cosa que hagas - aceptar a un
compañero de trabajo, un hijo, tu pareja, pero también aceptar las situaciones
“malas”, un sentimiento desagradable, un sonido molesto. Cuando dejamos de
intentar luchar contra el modo en que son las cosas, cuando aceptamos lo que son,
nos sentimos mucho más en paz.

6. Abandonar las expectativas. Es muy útil observar tus expectativas sobre una
situación futura, sobre un nuevo proyecto o negocio, y ver que no son reales, y
que te están causando estrés y decepción. Nos provocamos nosotros mismos
dolor, y podemos aliviarlo simplemente abandonando las expectativas que lo están
causando. Lanza tus expectativas al mar.

7. Estar bien en la incomodidad. El miedo a la incomodidad es enorme  hace
que la gente se quede atascada en sus malos hábitos, que no empiecen el negocio
de sus sueños, que se acomoden en trabajos que realmente no les gustan, porque
solemos quedarnos con lo conocido y cómodo antes que intentar algo desconocido
e incómodo. Es la misma razón por la cual mucha gente no come verdura o hace
ejercicio, por qué comen comida basura, por qué no empiezan algo nuevo. Pero es
posible estar bien en la incomodidad, con cierta práctica. Comienza con cosas que
son un poco incómodas, y sigue expandiendo tu zona de confort.

8. Vigilar tus resistencias. Cuando intentas hacer algo que te resulta incómodo,
o estás intentando dejar algo que te gusta o a lo que estás acostumbrado/a, verás
que hay una resistencia. Pero puedes simplemente observar esa resistencia, con
curiosidad. Observa tus resistencias ante las cosas que te molestan un sonido
estridente que interrumpe tu concentración, por ejemplo. El problema no es el
sonido, son tus resistencias a él. Lo mismo es cierto respecto a las resistencias
ante la comida que no nos gusta, a tener demasiado frío o calor, o a tener hambre.
El problema no es cómo sabe la comida, o la sensación de frío, calor o hambre 
es nuestra resistencia a esas sensaciones. Observa la resistencia y siente cómo se
derrite.

9. Ser curioso. Demasiado a menudo nos obcecamos en nuestro modo de ver el
mundo, y pensamos que sabemos cómo deberían ser las cosas, cómo es la gente.
En vez de ello, sé curioso/a. Descubre. Experimenta. Deja a un lado lo que crees
que sabes. Cuando comiences un nuevo proyecto o aventura, si sientes miedo al
fracaso, en lugar de pensar “Oh no, me va a salir mal” o “Oh no, no sé cómo va a
salir esto”, prueba a pensar “A ver cómo va. Vamos a averiguarlo”. En este caso,
ya no hay miedo al fracaso, si no la alegría de la curiosidad y el descubrimiento.
Aprende que está bien no saberlo todo.

10. Ser agradecido. Nos quejamos de todo. Sin embargo, la vida es un milagro.
Encuentra algo por lo que sentirte agradecido/a en todo aquello que haces. Date
las gracias cuando inicias un nuevo hábito, y conseguirás mantenerlo por más
tiempo. Siéntete agradecido/a cuando estás con alguien, y serás más feliz con
ellos. La vida es maravillosa, si aprendes a apreciarla.

11. Abandonar el control. A menudo pensamos que tenemos las cosas bajo
control, pero eso es solo una ilusión. Nuestra obsesión por la organización, los
objetivos y la productividad, por ejemplo, está arraigada en la ilusión de que
podemos controlar la vida. Pero la vida es incontrolable, y en el momento en que
creemos tenerlo todo bajo control, ocurre algo inesperado que lo trastoca todo. Y
entonces nos sentimos frustrados porque las cosas no salieron como esperábamos.
Como alternativa, practica cómo dejar ir el control y aprende a fluir.

12. Ser compasivo. Esto puede sonar trivial, pero la compasión por los demás
puede cambiar la manera en la que sientes el mundo en tu día a día. Y la
compasión por tí mismo es algo que te cambiará la vida. Sin embargo, es
necesario recordar ambas cosas, así que vivir conscientemente consiste en ser
compasivo cuando te olvidaste.

La práctica

Vale, eso parece un montón de cosas que digerir y recordar, ¿no?. Bueno, siempre hay
esperanza. Yo mismo olvido a menudo, pero después vuelvo a recordarlo y me digo:
“Ah, ¡lo he vuelto a hacer!”. Y entonces retomo la práctica de nuevo.
Y me vuelvo a olvidar, pero reflexiono, y aprendo, y practico otra vez.
Este es el proceso de aprender mindfulness. Se trata de olvidar y después recordar,
una y otra vez. Y merece la pena recordarlo, una y otra vez.
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Post en colaboración con Amalur Zen
Artículo publicado originalmente en Zen Habits, el 30/10/2013.
Traducción de Sandra Jiménez (Amalur Zen)

N.d.T.: en inglés existe la palabra “mindful” (y sus derivados mindfully y mindfulness), la palabra
"conscious" (y sus derivados consciousness y consciously) y la palabra "aware" (y awareness, be
aware of...). Todas se traducen al castellano como “consciente”, pero tienen connotaciones
distintas. Para mi, la primera tiene más que ver con la atención, y la segunda con la intención,
pero es solo mi opinión. La tercera se refiere al hecho de darse cuenta de. Para captar realmente
todo el significado, lo mejor es leer el artículo original en inglés, aunque en la traducción he
intentado transmitir los diferentes matices de “mindful” y “conscious” con el contexto
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